viernes, 5 de julio de 2013

Patinando sobre hielo

HOLA AMIGAS Y AMIGOS:

Espero que estén de lo mejor, en esta oportunidad, como en todas las anteriores, quiero compartirles una mas de mis travesuras y andanzas.

En días pasados fui con mi Novia Pilar y su hijo Sebastián a una pista de hielo que abrieron acá en la ciudad de Cali; la meta, pasarla bien, pero les confieso que aunque ya era mi segunda experiencia en este sentido, sentí algo de temor, me preocupaba caerme y darme algún mal golpe, me preocupaba que tal vez pudiera haber mucha mas gente patinando y que ello supuciera un peligro para mi y lógicamente para ellos.

Al llegar, la puesta de los patines, hacía que mi corazón latiera un poco mas rápido, caminamos, que digo caminamos, nos movimos con los patines por un callejón que nos lleva a la pista donde un chico muy amable nos pone los brazaletes que identificarán el tiempo que hemos de pasar en el hielo patinando, Pilar, muy pendiente, me indica como estaban las barandillas para que yo no corriera riesgo, arranqué, prendido de ellas y a tres o cuatro impulsos, mi primera caída y eso si, el esfuerzo por prenderme y no dejarme ir. Mas abanzado el tiempo, la segunda, la tercera y una mas que por cierto fue la mas fuerte, en donde además, me lavé por completo ya que fue en un pequeño charco que por el calor que está haciendo en estos días acá, se forman de manera inevitable.

Para este punto, ya habían mas personas con nosotros en la pista, algunos paraban de improvisto durante mi recorrido y tenía que ingeniármelas para pasar por su lado sin darme un porrazo mas, de repente, recordé algo que mi hermana Janeth me contaba hace menos de ocho días en relación con la visión ligada al equilibrio y entendí que tal vez lo que me generaba la inseguridad no era el hielo si no el no poder tener mucha claridad del mismo y de las barandillas, que por cierto, pienso deberían llevar un color fuerte en la parte baja que diferencie totalmente los dos contextos del lugar.

El caso es que si bien para mi estaba resultando una experiencia que disfruté hasta el último minuto, también me suponía un tanto de esfuerzo y de lucha por confiar en mi capacidad para moverme en el hielo como el mejor patinador, claro que ello no es así, pero cuando ya uno da dos vueltas sin tocar la baranda y sin tocar el hielo, si que comienzas a creértelo.

Tal vez algunos de ustedes podrán pensar en que yo me complico la vida intentando dar explicación a hechos tan simples y gratos como este, pero pienso que este tipo de espacios son los que nos permiten darnos cuenta que por muchas dificultades que puedan presentarse a la hora de participar de momentos de recreación con tus seres queridos o con tus amigos, el hecho de retarse, de avanzar, de sentir que se es capáz, de vencer el temor y mas aún, de saber que se puede, vale mucho mas que cualquier cosa que pueda presentarse y que nos ponga un reto de vida.

Ahora bien, les dejo un enlace para que vean algunas fotos de esa tarde y les invito a que compartan en familia, a los amigos con discapacidad, a que se tomen los lugares de sus ciudades o poblaciones para que disfruten de ellos, que participen de la vida social y que no se marginen de los momentos gratos que aveces solo se ven una vez y nada mas y a las familias y amigos de nosotros como discapacitados, les invito que no teman compartir con nosotros, que aveces aunque resulte un poco complejo, seguro hemos de hacer lo mejor porque la pasemos bien todos y todas.

Un abrazo, saludes de mi perrita guía Ofir, quien ese día no andaba conmigo porque me pareció que podría desesperarse en ese medio y sufriría mas que yo de verla inquieta y aquí el enlace de face boock.

<a href="http://www.facebook.com/album.php?aid=130171&id=653107543&l=8b65dd9db8">http://www.facebook.com/album.php?aid=130171&id=653107543&l=8b65dd9db8</a>

Hernán Andrés Villegas Ángel

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