martes, 27 de agosto de 2013

Homenaje de Estephanía a su perrita día Kattia.

.Para mi pequeño y peludo ángel cuadrúpedo:
¡Qué linda es la vida a tu lado!, ¡qué simple y qué sabia eres!... ¡qué grande se vuelve la lista de posibilidades cuando caminamos juntas y qué afortunada soy por poder sentir lo que es fundir mis huellas humanas con las tuyas... tan celestiales.
¿Sabes?... hoy mientras jugábamos juntas a fiestas y patanadas como te gusta a ti, pensaba en lo lindo y fácil que es abrazar el hoy cuando brincas a mi alrededor, o cuando pones tus patitas sobre mis piernas y acercas tu carita a la mía como llamando la atención, o cuando intentas escapar a la hora de la limpieza porque crees que estamos jugando, o cuando uso los perfumes que te hacen estornudar y rezongas como reclamando por mi impertinencia.
No me cuesta sentirme satisfecha con la vida cuando pese a la inaccesibilidad de casi todo en esta ciudad, tú encuentras la manera de pasar entre el poste, la alcantarilla destapada, la moto mal parqueada y el vendedor ambulante de lo que sea... no sé cómo lo haces, pero pese a tu facilidad para distraerte con los bebés, las palomitas y las flores, siempre me traes de vuelta a casa sin daño alguno jajajaja, ¡eres increíble!, y eso que jamás logré que dejaras de basurear. 
Me gusta ser la mitad de este equipo en el que tú pones la enseñanza del día y yo intento la segunda etapa... o sea el aprendizaje... aprendo lo sencillo que es todo cuando así el día sea de esos que uno preferiría borrar de la historia, puede terminarse compartiendo manzanas verdes y rojas, haciendo cosquillas a una pancita que activa una cola que no para de moverse a menos que algo feo suceda.   
Mi hermosa detectora de peligros, hoy me alegra saber que no siempre me harás caso, y menos mal, porque tu instinto me ha sacado de muchas... y tus habilidades de perrita guía hacen que a veces se me olvide que en algunas áreas de la vida sí he tenido que esforzarme el doble... o quizás el triple... y eso lo conoces tú como pocos.
Después de esta extensa y agotadora jornada y de nuestra extenuante sesión de juego, me quedó sonando la canción que compusimos hace unos minutos, ¿cómo era?, ¿lo recuerdas?: tú estás bien, yo estoy bien, las dos estamos bien y estamos juntas. 

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